Mi primera guitarra eléctrica

Cuando cumplí 16 años tomé San Pedro en el desierto de Ica (Perú), lo hice porque era un adolescente muy curioso y había escuchado algunas historias de personas que habían hecho rituales con chamanes en algunas partes del país, sin embargo decidí hacerlo por mi cuenta y sin la guía de un curandero especialista.

La experiencia fue muy reveladora, mi nivel de percepción se elevó y para ser sólo un chiquillo de 16 años empecé a entender el mundo de otra manera. Al volver a la ciudad estaba tan emocionado que no se me ocurrió mejor idea que contárselo a mi padre, yo sé que para muchos esa podría ser una pésima idea, pero en mi caso fue una de las mejores decisiones que pude haber tomando en mi vida.

Mi padre, lejos de recriminarme por tan irresponsable acto, entendió mi punto de vista y valoró el ímpetu que me llevó a hacerlo.
Luego de una conversación muy larga, se levantó del sillón en el que estaba sentado y me dijo:
“Es hora de que sepas algo importante" - Se acercó a una repisa llena de libros y cogió uno - "Toma este libro, léelo y cuando termines búscame.” - Se trataba de “Las Enseñanzas de Don Juan", de Carlos Castaneda (los que han leído el libro podrán pensar que es bastante trillada la imagen de un hijo de hippie leyendo ese libro, pero en mi caso fue un gran inicio en el mundo de la metafísica y la cosmovisión popular de América latina). Básicamente trata de la experiencia de un periodista conviviendo con un chamán en México y viviendo situaciones relacionadas al manejo de la energía y la materialización de la misma.

Al terminar el libro fui a buscar a mi padre de inmediato. Al llegar, me entregó otro libro sin decir una sola palabra, esta vez se trataba de “Pachita, milagro en México”, un libro que cuenta cómo una mujer recibía energías superiores en su cuerpo, algo así como un espíritu que la invadía ayudándola a curar gente a través de la desmaterialización de sus enfermedades.

Terminando el libro fui a buscarlo de nuevo… y otra vez, sin decir nada, me entregó un tercer libro llamado “Temblor en los Andes, de la periodista cusqueña Alfonsina Barrionuevo”. En este caso, el libro explicaba cómo los Altomisayoc o chamanes de la cultura Andina, podían comunicarse con los Apus (espíritus superiores que viven en las montañas). El punto más alucinante del libro, es cuando explica cómo la nueva generación de jóvenes Altomisayoc puede comunicarse con los Apus a través de teléfonos celulares y aunque suene descabellado, metafísicamente hablando, es muy viable.

Al terminar con el libro, mi padre me dijo: “Ahora que entiendes el poder que tiene la mente sobre la materia, puedes saber que cualquier cosa que desees se hará realidad”.

Yo de inmediato pensé en una guitarra eléctrica y le dije: “digamos que si quiero una guitarra eléctrica, ¿va a aparecer de pronto?” mi padre respondió: “Te va a llegar hijo, te va a llegar…”

Pasaron un par de semanas y yo no tenía la guitarra eléctrica que mi padre me había pronosticado, así que fui a encararlo: “Han pasado 15 días y no tengo nada, me has mentido…” mi padre respondió sonriente: “Hijo, te va a llegar, si de verdad lo deseas”.

Esperé 1 mes más y todavía no tenía nada… “¡Padre!, mejor cómprame la guitarra y ya… que sea mi regalo de cumpleaños, qué dices…” - “Hijo, yo no te la voy a comprar, tienes que creerme, si la deseas te va a llegar, por mientras dibuja la guitarra que quieres”.

Yo dibujé una Fender Telecaster color blanco hueso porque el guitarrista de la banda NOFX tenía una igual, pero ya estaba bastante frustrado porque no tenía la maldita guitarra eléctrica, así que no le mostré el dibujo. Esperé como 3 meses más pero no me llegaba nada.

……………

El actual esposo de mi madre se llama Santi y es italiano, ejerció como abogado durante muchos años en Roma. Un día recibió la llamada de un hombre preocupado, pidiendo ayuda. Resulta que habían encontrado a su hijo fumando marihuana en la calle y cargando una cantidad que excedía lo considerado como consumo personal. Santi lo ayudó de inmediato, se involucró en el caso y logró sacar al chico del problema en el que se había metido. El padre del muchacho muy emocionado y agradecido le dijo a Santi: “Yo a ti te debo un favor y quiero devolvértelo, ¿Qué puedo hacer por ti?” - Santi le pidió que no se preocupara por eso y que no era necesario devolverle nada.

Pasó el tiempo y Santi se volvió a encontrar con este hombre que aún muy agradecido lo invitó a su casa a cenar. Santi aceptó.

Luego de haber cenado, mientras tomaban unos tragos, el hombre volvió a referirse al tema y le dijo: “Yo soy músico y coleccionista de guitarras, las guitarras son mi pasión, mi vida…” - Abrió la puerta de una habitación especial dentro de la casa donde colgaban muchas guitarras eléctricas y le dijo: “yo te quiero dar una, escoge la que tú quieras…” Santi bastante sorprendido aceptó la oferta, pero le pidió al hombre que él mismo escogiera la guitarra. El hombre entró a otra habitación de donde sacó un estuche rojo, en el estuche había una Fender telecaster color blanco hueso, de colección, del año 78, vieja y despintada… “Santi, esta guitarra me ha dado muchas alegrías, tiene un sonido muy especial y te la quiero dar…”

Al llegar a lima Santi no sabía qué hacer con la guitarra eléctrica y se le ocurrió llamar a mi padre… “Raúl, me ha sucedido esto y ahora tengo una Telecaster color blanco hueso, no sé que hacer con ella, te la puedo dar a ti si quieres…”
Mi padre, cagándose de risa, le respondió: “Dásela a Rui, es de él”.