Probablemente este discurso lo deben haber escuchado mis amigos más cercanos un millón de veces, pero hoy siento la necesidad de compartirlo con todos ustedes.
Hace unos meses dejé la publicidad luego de 8 años para dedicarme por completo a la música. Para ser sincero es la segunda vez que esto sucede, pero ahora sí estoy convecido y es la definitiva.
La primera vez que lo hice fue hace algunos años, gracias a un viaje que tuve con mi ex novia. Ella es Dj / Producer y la habían invitado a tocar en Montañita - Ecuador, entonces aproveché para pedir unas vacaciones en la agencia.
Partimos rumbo a Montañita, todo iba de maravilla, la aerolinea en la que viajábamos había tenido un problema y en nuestro avión redistribuyeron a todos los pasajeros. Para nosotros fue perfecto porque nos pasaron a primera clase totalmente gratis.
Llegando a Montañita nos hospedamos en casa de Titina, la organizadora de la fiesta. La casa era muy acogedora y la vibra de la gente súper positiva. En la noche fue el evento, Orieta (mi ex novia) tocó como siempre excelente y nos divertimos mucho.
Después de unos días, Titina nos contó que habían ballenas pasando por el litoral y nos invitó a verlas de cerca desde una lancha.
Partimos muy temprano a Puerto López, una playa que queda a unos cuantos kilómetros del lugar. El sitio era realmente bello, pequeñas islas, aves de todo tipo, lobos marinos y un sinfín de peces.
Una vez internados en altamar el capitán del navío nos avisa: "¡Miren!, ¡a la derecha hay una ballena! o mejor aún... ¡son dos! - Yo no podía creer lo que estaba viendo, definitivamente es muy distinto ver algo tan espectacular y hermoso por televisión o en revistas, que verlo en vivo y en directo. Era una ballena mamá frente a nosotros con su bebé ballena, ambos animales lanzaban chorros de agua al pasar y disfrutaban de una libertad envidiable para cualquier ser humano.
A partir de ese momento mi vida cambió por completo, empecé a reclamarme el hecho de haber estado tanto tiempo encerrado y esclavizado frente a una computadora viendo campañas para marcas y productos de mierda, perdiéndome de conocer verdaderamente el mundo y de vivir mi vida al máximo.
Entonces regresé a Lima e inmediatamente redacté mi carta de renuncia.
Al poco tiempo decidí viajar por el norte del Perú, me fui a Órganos, un pueblo de pescadores con un encanto especial, estuve unos días por allá con mi hermano Antonio Olivera y su familia. Antonio me enseñó a surfear y su cuñado Aldo me pasó la voz para acompañarlo a realizar un recorrido por los manglares de Tumbes, una experiencia realmente inolvidable, aprendí a observar aves y luego ubicarlas en un libro llamado "Aves del Perú". Todo iba de maravilla hasta que me quedé sin dinero. Tenía lo justo para regresar en bus haciendo escalas hasta Lima.
Durante el viaje de regreso no podía dejar de pensar en lo pobre que estaba (económicamente hablando) y en la necesidad de hacer algo al respecto. Tengo que aceptarlo, tuve miedo. Entonces se me apareció el diablo por teléfono. "Aló, ¿con Rui Pereira por favor? - "Sí, él habla" - "Hola Rui, permíteme presentarme, mi nombre es Satanás, me dijeron que tú eres director creativo freelance y que a lo mejor podías ayudarme con una campaña para Marlboro" - Yo estaba tan desesperado y condicionado por el maldito miedo que acepté el trabajo. Pasaron unos minutos y volvió a sonar el teléfono, era el diablo pero esta vez con otro nombre: "Aló, ¿con el señor Rui Pereira? - "Sí, yo soy" - "Hola Rui, te habla Lucifer, trabajo para una productora de eventos y quería saber si me podías desarrollar unos guiones para Coca Cola"... Sonó el teléfono por tercera vez: "Aló Ruido, ¿cómo estás?" (Eran de la agencia que había dejado) "Ruido, estamos con mucho trabajo y nos ha salido una campaña para Nestlé, aún no encontramos a un Director Creativo que pueda ocupar tu puesto y se nos ocurrió que a lo mejor podías trabajarlo como freelance" - Claro, pásenme el brief y yo lo hago. "Perfecto, justo acabamos de hablar con Belzebú, nuestro cliente... nos ha dicho que durante la tarde nos pasa el brief".
Volví a caer y esta vez fue peor. Todas las campañas se vendieron, los guiones de Coca Cola eran para "La fábrica de Santa", es decir, para decirle a los niños que hay un viejo panzón que les da regalos, que viste con los colores de la marca y que tiene en su casa una refri llena de agua con colorante, saborizante, gas y cafeína para ellos. Marlboro vendió más veneno que nunca - Si te llenas los pulmones de nicotina, alquitrán y pólvora, nosotros te llevamos a Mónaco. Y para completar el daño, Nestlé que lleva de slogan "Good food, good life" - "Alimentos buenos, vida buena" y que sin embargo es una de las marcas que más contamina en el mundo, ganó un Effie de Oro con mi campaña de Sublime, un "chocolate" que ya ni siquiera es chocolate, tan sólo es una mezcla de manteca vegetal, leticina de cacao, saborizantes y conservantes.
Un día, me llamaron de un instituto para enseñar Publicidad... y yo que ya estaba totalmente intoxicado por el reconocimiento y la necesidad de hacer más dinero, acepté. El curso llevaba como nombre "Redacción Publicitaria" y se puede definir como la composición de textos para persuadir al consumidor a elegir un determinado producto o servicio". Entonces entendí que para los publicistas, yo tengo la capacidad de convencer a la gente de comprar mierda porque la mierda es buena.
Como publicista me fue de maravilla y en cierto momento tuve tanto trabajo que quise regresar a trabajar en agencia... para mí iba a ser más cómodo, total, sólo me dedicaría a crear y tendría un equipo que se encargaría del resto. Entonces volví a trabajar en una oficina. Esta vez se trataba de una agencia más chica pero liderada por gente de mucha trayectoria y experiencia.
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Un día tuve una discusión en una fiesta con el brand manager de Marlboro, él se sentía un poco amenzado porque yo había estado saliendo meses atrás con su actual novia y entonces, para sentirse más seguro trató de hacer un cuadro comparativo entre su trabajo y el mio. "Así que tú eres creativo jajajaja, así medio loquito ¿no? de hecho tienes bastante tiempo de ocio en la oficina ¿cierto?, digo... si tu trabajo sólo es pensar... Yo más bien estoy del otro lado, del lado del cliente. Mi marca, Marlboro es lider en su categoría". - Yo no pude aguantar más la actitud del tipo y decidí tumbarlo: "Mira, tu marca es lider en el mundo, pero en el Perú no vende nada porque hace algunos años BAT, la competencia de Phillip Morris, hizo un contrato con la mayoría de puntos de venta para cerrarle las puertas a tu producto a largo plazo.. ¿Y sabes por qué lo sé? Porque yo he trabajado para tu marca desde muchísimo antes que tú existieras, llevas tan sólo 1 año trabajando en Marlboro y ya te sientes el dueño del mundo. Lo peor de todo es que lo único que te queda es apuntar a un nicho reducido de viejos que se acostumbraron a fumar tu veneno desde que eran niños, viejos tan adictos que sí estarían dispuestos a pagar un poco más por tener tu marca, por eso nos quieres vender a todos la idea de que tu producto es aspiracional. Tu producto no es aspiracional, entiéndelo, ese rollo de la aspiracionalidad, en tu caso son sólo los manotazos de un producto que se está ahogando por un pésimo manejo. Por último, ¿Cómo puedes ser brand manager de un producto que ni siquiera tú consumes?, no fumas porque hace daño pero trabajas para Marlboro, eso habla muy bien de tí".
El tipo se quedó totalmente congelado y sólo atinó a decir: "Ya vuelvo, voy por una cerveza".
A partir de ese momento, empecé a cuestionarme el hecho de trabajar para marcas tan dañinas y empecé a analizar de manera un poco más profunda los productos que vendía. Descubrí que la mayoría de marcas hacen daño. A corto y a largo plazo, a pequeña y a gran escala. También existen las marcas que no, que más bien refuerzan valores positivos para la sociedad y están involucradas en proyectos que buscan un verdadero bienestar.
Entendí que luego de la revolución industrial, los productos dejaron de tener sólo un valor funcional, también se volvieron estéticos, luego se empezaron a relacionar con valores totalmente frívolos como el status y finalmente terminaron siendo "lovebrands" es decir Marcas a las que amas, forman parte de tu vida y de tu personalidad.
La publicidad es tan sólo una herramienta, uno la puede utilizar para bien o para mal, para vender vida o para vender muerte. Yo desgraciadamente he vendido mucha muerte durante mi vida, pero creo que ahora puedo revertir el daño causado, por eso he decidido dedicarme a la música, a vender arte, cultura y educación. Devolverle a la gente lo que alguna vez le quité y vivir aunque sea medianamente libre. Seguiré consumiendo productos, es inevitable... Productos que cargan los mismos valores que las marcas basura, como mi guitarra Fender Telecaster que sirve para hacer música, tiene un valor estético porque es bonita, me da status porque es aspiracional para cualquier músico y amo a Fender por su relación con la creatividad y con algo tan mágico como la música.
Finalmente dejé la publicidad. Alquilé una casa en la playa, me encerré todo el verano para grabar un demo y tratar de editarlo con algún sello independiente, empecé a escribir y a surfear. La transición ha sido dura, pero 100% gratificante. Por ahí, de vez en cuando ayudo a marcas que no considero negativas: Artistas, entidades que ayudan a la sociedad y marcas que venden tecnología aplicada al bienestar de las personas. Pero son casos muy puntuales, porque mi prioridad, es vivir haciendo música, hacer verdaderamente felices a las personas y por consecuencia, vivir mi vida verdaderamente feliz.
A partir de ese momento mi vida cambió por completo, empecé a reclamarme el hecho de haber estado tanto tiempo encerrado y esclavizado frente a una computadora viendo campañas para marcas y productos de mierda, perdiéndome de conocer verdaderamente el mundo y de vivir mi vida al máximo.
Entonces regresé a Lima e inmediatamente redacté mi carta de renuncia.
Al poco tiempo decidí viajar por el norte del Perú, me fui a Órganos, un pueblo de pescadores con un encanto especial, estuve unos días por allá con mi hermano Antonio Olivera y su familia. Antonio me enseñó a surfear y su cuñado Aldo me pasó la voz para acompañarlo a realizar un recorrido por los manglares de Tumbes, una experiencia realmente inolvidable, aprendí a observar aves y luego ubicarlas en un libro llamado "Aves del Perú". Todo iba de maravilla hasta que me quedé sin dinero. Tenía lo justo para regresar en bus haciendo escalas hasta Lima.
Durante el viaje de regreso no podía dejar de pensar en lo pobre que estaba (económicamente hablando) y en la necesidad de hacer algo al respecto. Tengo que aceptarlo, tuve miedo. Entonces se me apareció el diablo por teléfono. "Aló, ¿con Rui Pereira por favor? - "Sí, él habla" - "Hola Rui, permíteme presentarme, mi nombre es Satanás, me dijeron que tú eres director creativo freelance y que a lo mejor podías ayudarme con una campaña para Marlboro" - Yo estaba tan desesperado y condicionado por el maldito miedo que acepté el trabajo. Pasaron unos minutos y volvió a sonar el teléfono, era el diablo pero esta vez con otro nombre: "Aló, ¿con el señor Rui Pereira? - "Sí, yo soy" - "Hola Rui, te habla Lucifer, trabajo para una productora de eventos y quería saber si me podías desarrollar unos guiones para Coca Cola"... Sonó el teléfono por tercera vez: "Aló Ruido, ¿cómo estás?" (Eran de la agencia que había dejado) "Ruido, estamos con mucho trabajo y nos ha salido una campaña para Nestlé, aún no encontramos a un Director Creativo que pueda ocupar tu puesto y se nos ocurrió que a lo mejor podías trabajarlo como freelance" - Claro, pásenme el brief y yo lo hago. "Perfecto, justo acabamos de hablar con Belzebú, nuestro cliente... nos ha dicho que durante la tarde nos pasa el brief".
Volví a caer y esta vez fue peor. Todas las campañas se vendieron, los guiones de Coca Cola eran para "La fábrica de Santa", es decir, para decirle a los niños que hay un viejo panzón que les da regalos, que viste con los colores de la marca y que tiene en su casa una refri llena de agua con colorante, saborizante, gas y cafeína para ellos. Marlboro vendió más veneno que nunca - Si te llenas los pulmones de nicotina, alquitrán y pólvora, nosotros te llevamos a Mónaco. Y para completar el daño, Nestlé que lleva de slogan "Good food, good life" - "Alimentos buenos, vida buena" y que sin embargo es una de las marcas que más contamina en el mundo, ganó un Effie de Oro con mi campaña de Sublime, un "chocolate" que ya ni siquiera es chocolate, tan sólo es una mezcla de manteca vegetal, leticina de cacao, saborizantes y conservantes.
Un día, me llamaron de un instituto para enseñar Publicidad... y yo que ya estaba totalmente intoxicado por el reconocimiento y la necesidad de hacer más dinero, acepté. El curso llevaba como nombre "Redacción Publicitaria" y se puede definir como la composición de textos para persuadir al consumidor a elegir un determinado producto o servicio". Entonces entendí que para los publicistas, yo tengo la capacidad de convencer a la gente de comprar mierda porque la mierda es buena.
Como publicista me fue de maravilla y en cierto momento tuve tanto trabajo que quise regresar a trabajar en agencia... para mí iba a ser más cómodo, total, sólo me dedicaría a crear y tendría un equipo que se encargaría del resto. Entonces volví a trabajar en una oficina. Esta vez se trataba de una agencia más chica pero liderada por gente de mucha trayectoria y experiencia.
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Un día tuve una discusión en una fiesta con el brand manager de Marlboro, él se sentía un poco amenzado porque yo había estado saliendo meses atrás con su actual novia y entonces, para sentirse más seguro trató de hacer un cuadro comparativo entre su trabajo y el mio. "Así que tú eres creativo jajajaja, así medio loquito ¿no? de hecho tienes bastante tiempo de ocio en la oficina ¿cierto?, digo... si tu trabajo sólo es pensar... Yo más bien estoy del otro lado, del lado del cliente. Mi marca, Marlboro es lider en su categoría". - Yo no pude aguantar más la actitud del tipo y decidí tumbarlo: "Mira, tu marca es lider en el mundo, pero en el Perú no vende nada porque hace algunos años BAT, la competencia de Phillip Morris, hizo un contrato con la mayoría de puntos de venta para cerrarle las puertas a tu producto a largo plazo.. ¿Y sabes por qué lo sé? Porque yo he trabajado para tu marca desde muchísimo antes que tú existieras, llevas tan sólo 1 año trabajando en Marlboro y ya te sientes el dueño del mundo. Lo peor de todo es que lo único que te queda es apuntar a un nicho reducido de viejos que se acostumbraron a fumar tu veneno desde que eran niños, viejos tan adictos que sí estarían dispuestos a pagar un poco más por tener tu marca, por eso nos quieres vender a todos la idea de que tu producto es aspiracional. Tu producto no es aspiracional, entiéndelo, ese rollo de la aspiracionalidad, en tu caso son sólo los manotazos de un producto que se está ahogando por un pésimo manejo. Por último, ¿Cómo puedes ser brand manager de un producto que ni siquiera tú consumes?, no fumas porque hace daño pero trabajas para Marlboro, eso habla muy bien de tí".
El tipo se quedó totalmente congelado y sólo atinó a decir: "Ya vuelvo, voy por una cerveza".
A partir de ese momento, empecé a cuestionarme el hecho de trabajar para marcas tan dañinas y empecé a analizar de manera un poco más profunda los productos que vendía. Descubrí que la mayoría de marcas hacen daño. A corto y a largo plazo, a pequeña y a gran escala. También existen las marcas que no, que más bien refuerzan valores positivos para la sociedad y están involucradas en proyectos que buscan un verdadero bienestar.
Entendí que luego de la revolución industrial, los productos dejaron de tener sólo un valor funcional, también se volvieron estéticos, luego se empezaron a relacionar con valores totalmente frívolos como el status y finalmente terminaron siendo "lovebrands" es decir Marcas a las que amas, forman parte de tu vida y de tu personalidad.
La publicidad es tan sólo una herramienta, uno la puede utilizar para bien o para mal, para vender vida o para vender muerte. Yo desgraciadamente he vendido mucha muerte durante mi vida, pero creo que ahora puedo revertir el daño causado, por eso he decidido dedicarme a la música, a vender arte, cultura y educación. Devolverle a la gente lo que alguna vez le quité y vivir aunque sea medianamente libre. Seguiré consumiendo productos, es inevitable... Productos que cargan los mismos valores que las marcas basura, como mi guitarra Fender Telecaster que sirve para hacer música, tiene un valor estético porque es bonita, me da status porque es aspiracional para cualquier músico y amo a Fender por su relación con la creatividad y con algo tan mágico como la música.
Finalmente dejé la publicidad. Alquilé una casa en la playa, me encerré todo el verano para grabar un demo y tratar de editarlo con algún sello independiente, empecé a escribir y a surfear. La transición ha sido dura, pero 100% gratificante. Por ahí, de vez en cuando ayudo a marcas que no considero negativas: Artistas, entidades que ayudan a la sociedad y marcas que venden tecnología aplicada al bienestar de las personas. Pero son casos muy puntuales, porque mi prioridad, es vivir haciendo música, hacer verdaderamente felices a las personas y por consecuencia, vivir mi vida verdaderamente feliz.
entonces que la forma toque una vez más!
ResponderEliminarPuta weon, yo te he podido ver en varias etapas parece, escribes bien de manera autobiografica y tienes tus seguidores, asi que si de verdad cambiaste esta vez entonces las mejores vibras marciano.
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