Cuando nací, lo primero que hice fue cagar. Según mi madre, me cagué encima de ella y aprovechándose de esa anécdota, cada vez que se molestaba conmigo me gritaba: "¡Ya no sé qué más hacer contigo!, ¡nunca me haces caso!, ¡haces lo que te da la gana!, ¡desde que naciste te has cagado en mí!" - obviamente eso generaba una carcajada mutua en medio de la discusión... Es divertido ver a mi vieja molesta y discutir con ella. Siempre terminamos riéndonos de nosotros mismos.
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A los 7 celebré mi fiesta de cumpleaños, yo me pasé todo el día emocionado porque recibí el muñeco G.I.JOE que tanto quería. Recuerdo que llegó mucha gente a la casa, pero yo estaba concentrado en mi G.I.JOE, me la pasé jugando todo el día en el patio hasta que llegó el fin de la fiesta.
Cuando todos los invitados se fueron, fui a la sala para comer alguna galleta restante entre los bocadillos de la mesa, pero en vez de eso encontré a mi viejo borracho sentado en el sillón. Estaba tocando, entre lágrimas, una canción suya que decía: "Con la buena intención con que se brinda a un buen amigo, te invito a conocer un mundo que es desconocido, donde la forma de luchar es un poema o una chacra, para así alimentar de luz los rincones oscuros..." -Yo me quedé totalmente conmovido por la escena, dejé mi juguete a un costado y me senté de inmediato junto a él. Mi viejo siguió cantando: "Permíteme pensar que tú recibes lo que te digo, con la buena intención con que se escucha a un buen amigo, pero tu forma de mirar tiene cierto parecido, del que quiere imitar de otro hombre, otro estilo..." -De pronto se quedó totalmente callado, hubo mucho silencio y luego de un par de minutos me dijo: "Hijo, ¿tú ya sabes lo que quieres hacer cuando seas grande?" -"No papá" (otra vez hubo silencio). Al rato Volvió a preguntarme: "¿Te gustaría ser un rockero?" (aunque pueda sonar un poco anticuado, en los años 80's era común usar la palabra "rockero"). Yo me quedé pensando durante unos segundos y pregunté: "¿Para qué querría ser un rockero?" Mi padre, esta vez sonriendo, me dijo: "Si eres un rockero, vas a viajar por el mundo haciendo música, vas a conocer a muchas chicas lindas y te vas a divertir" - A esa edad, yo no entendía de qué me estaba hablando y le pregunté: "¿Y eso qué tiene de divertido?" - Mi viejo se quedó pensando durante un rato hasta que me dijo: "Ok, si eres un rockero vas a poder comprar muchos juguetes" -Yo acepté de inmediato... ¡Quiero ser un rockero!
Mi viejo se quedó mirándome a los ojos fijamente, sonrió, me dio su guitarra y me dijo: "Primero aprende a tocar la guitarra", De inmediato se paró del sillón y se fue a dormir. Yo me quedé solo, tratando de sacarle algún sonido a ese instrumento de madera.
Así me pasé el resto de días, hasta que por fin saqué mi primera canción: "El Alcatráz", una canción tradicional de la cultura afroperuana, fui corriendo a donde mi padre para contarle mi primera hazaña: "Papá, papá, ¡ya puedo tocar la guitarra!, tun - tun - tun - tun... negrita ven préndeme la vela..." - Mi viejo, se detuvo unos segundos para observarme y con seriedad me dijo: "Sigue practicando".
Pasó una semana y yo ya había sacado el solo de la canción "My little runnaway" en guitarra... "¡Papá, papá, mira...! ¡Puedo hacer el sólo de la canción rapidísimo!". Otra vez mi viejo me miró y volvió a repetir seriamente: "hijo, sigue practicando".
Unos meses después yo ya tenía un repertorio de 40 canciones, pero mi viejo seguía con la misma actitud. Debo admitir que empecé a sentirme un poco abandonado y desarrollé un resentimiento que fue creciendo con el tiempo. Mi padre, siendo músico, no se daba el trabajo de sentarse a enseñarme a tocar la guitarra, además de eso ni siquiera era capaz de reconocer alguno de mis logros.
Me volví un niño rebelde, en el colegio los profesores no me soportaban y pasaba más tiempo en la calle que en mi casa. Además mis viejos peleaban todo el tiempo y yo ya no los aguantaba.
En esos días Raúl, mi primo mayor (que dicho sea de paso, se llama igual que mi viejo) se la pasaba escuchando Punk Rock todo el día y al ver mi interés por la música, me regaló un cassette de los Sex Pistols. Yo era sólo un niño, pero dada mi situación, me identifiqué de inmediato con la música.
Descubrí que mi primo tenía una colección gigantesca de música punk. Todos los Domingos iba a su casa llevando cassettes en blanco y me metía a su cuarto a escondidas para grabar música.
Poco a poco fui profundizando en el punk rock, me involucré con todo el rollo detrás de la música, su razón de ser, empecé a entender el mensaje social de muchas de las bandas que formaban parte de esa movida y de una u otra manera tomé una actitud ante la vida, consciente de muchas de las cosas que pasaban a mi alrededor.
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Mi viejo falleció el año pasado. Ha sido un gran amigo y un gran maestro, pero aún quedaba un eslabón perdido: ¿Por qué nunca me enseñó a tocar la guitarra?
Hace poco, estuve en un almuerzo familiar en casa de mi tía por el día del padre... estuve conversando con Santi, el esposo de mi madre que era muy buen amigo de mi papá. Le hablé, 22 años después, de la vez en que mi viejo me dió su guitarra acústica para convertirme en un "rockero". Le expresé también mi resentimiento guardado, por el hecho de no haberme enseñado a tocar la guitarra.
Santi me cortó la explicación diciéndome: "Rui, una vez le pregunté a tu padre por qué no te enseñaba a tocar la guitarra y a hacer música... y tu padre me respondió - Yo sé que Rui quiere ser músico, pero que me robe si es que puede".
En ese momento entendí todo, mi padre ha sido realmente un maestro. No sólo dejó que mi propio ímpetu haga lo suyo, sino que además gracias a que me la puso difícil desde un inicio, pude vivir en carne propia ese sentimiento de mierda que te puede llevar a escupir Rock. Gracias a él pude entender muchas cosas que me llevaron a enfrentarme a la sociedad y cuestionarla. Y por eso hoy, a los 29 años me siento seguro de decir que me cago en muchas cosas... Me cago en la estructura jerárquica que nos inculcan en la escuela, me cago en las guerras, me cago en la religión como arma de condicionamiento, me cago en Cipriani, Fujimori, Alan y todos los demás, me cago en todos esos políticos corruptos, me cago en la gente manipuladora, me cago en la publicidad usada para vender basura y me cago en la Reina de Inglaterra, los presidentes de Estados Unidos y los Dueños del Banco Mundial.
Y no puedo evitar imaginar a mi madre repitiéndome: "¡Ya no sé qué más hacer contigo!, ¡haces lo que te da la gana!, ¡nunca me haces caso!, ¡desde que naciste te has cagado en mí y ahora te vienes a cagar en el resto del mundo!".
Que buen post! Todo este maldito sistema es una mierda, pero debemos seguir luchando por nuestros ideales. Grande Rui.
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